K2/Spice.
- El término "cannabinoides sintéticos" se refiere a una cantidad creciente de sustancias químicas fabricadas por el hombre que alteran la mente. Estas sustancias se rocían sobre la materia seca y triturada de una planta o se vaporizan. Su consumo causa un colocón o "high".
- A veces se los llama engañosamente "marihuana sintética" o "hierba falsa" ("fake weed") porque actúan sobre los mismos receptores de las células del cerebro que el THC, el ingrediente de la marihuana que altera la mente.
- La única parte de los cannabinoides sintéticos que es natural es la materia vegetal seca. Las pruebas químicas han demostrado que los ingredientes activos son los compuestos cannabinoides fabricados por el hombre.
- Quienes consumen cannabinoides sintéticos reportan algunos efectos similares a los que produce la marihuana:
- ánimo elevado
- relajación
- alteración de la percepción
- síntomas de psicosis
- Los cannabinoides sintéticos también pueden causar problemas graves de salud física y mental, entre ellos:
- aumento de la frecuencia cardíaca
- vómitos
- comportamiento violento
- pensamientos suicidas
- Los cannabinoides sintéticos pueden ser adictivos.
- Los efectos de los cannabinoides sintéticos pueden ser impredecibles y graves, y pueden poner en peligro la vida.
Un factor muy importante de predisposición al consumo de drogas es el Sindrome de Deficit Atencional. Los alumnos que presentan dificultad de aprendizaje e hiperactividad, constituyen una población de alto riesgo para ell consumo de alcohol y drogas. De hecho entre el 30% y el 40% de los pacientes tratados por adicción, tienen antecedentes de haber sufrido estos problemas en su época escolar. Y el 30% de la población carcelaria tienen TDAH.
Con frecuencia se trata de alumnos inteligentes, pero con dificultades de concentración y control de sus impulsos. Estos por lo general, se resienten en su rendimiento académico y por consiguiente baja su autoestima, frente a sus compañeros se sienten disminuidos. Por lo general, son niños impulsivos, desordenados y que no logran seguir el ritmo de la clase y no desarrollan hábitos de estudio.
Existe una asociación significativa y una
interrelación entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad
(TDAH) y los trastornos por consumo de sustancias (TCS), constituyendo una de
las formas de patología dual más habituales. Los pacientes con TDAH tienen una
elevada prevalencia de Trastorno por Uso de Sustancias (TUS) y a su vez, los
sujetos con trastornos adictivos presentan con mayor frecuencia de lo esperable
un diagnóstico asociado de TDAH. La presencia de esta expresión de patología
dual impacta significativamente en la presentación clínica y la evolución de
ambos trastornos duales y dificulta el abordaje terapéutico, tanto
farmacológico como psicoterapéutico.
A menudo se creia que el
TDAH afectaba solamente a los niños. Actualmente se sabe, que aproximadamente
tres cuarta partes de los niños afectados por el mismo llegaran a la
adolescencia y a la adultez manteniendo
los síntomas de falta de atención, concentración e impulsividad (la
hiperactividad disminuye con la edad), alteraciones en el rendimiento
académico, las relaciones interpersonales, los problemas en la conducción de
vehículos y un elevado riesgo de prevalencia de drogodependencias. En ese mismo
sentido algunos estudios muestran que las personas con un TDAH en la infancia
inician el consumo de sustancias a una menor edad y la evolución hacia un abuso
o dependencia es mas rápida que en las personas que no padecen un TDAH .
Y por
otra parte; estudios realizados con muestras clínicas han mostrado, que entre el 10 y el 35% de sujetos con
dependencia de cocaína presentan un TDAH comórbido , habiéndose evidenciado que
los niños con TDAH tienen significativamente más probabilidades de desarrollar
abuso o dependencia de cocaína en la adolescencia o edad adulta,
aproximadamente el doble, que los niños sin TDAH. En pacientes con un trastorno
por consumo de cocaína un diagnóstico de TDAH se asocia con un inicio más
temprano, entre 1,2 y 2 años, en el consumo de cocaína, así como de nicotina,
alcohol y cannabis, con un patrón de consumo más frecuente y una evolución más
grave de la adicción y con mayor comorbilidad psiquiátrica