A pesar de que la conducta patológica de juego ha existido desde tiempos remotos, no fue reconocida oficialmente como trastorno hasta 1980, el año en el que la Sociedad Americana de Psiquiatría (A.P.A) lo reconoce como una enfermedad psíquica independiente.
Posteriormente, en el D.S.M-III-R se incluye el juego patológico como uno de los trastornos del control de los impulsos no clasificados en otros apartados, junto a la cleptomanía, la piromanía y el trastorno explosivo de la personalidad.
El aumento, difusión y promoción del juego de azar junto a las escasas limitaciones en la accesibilidad al mismo, están íntimamente ligados al incremento de la incidencia y prevalencia de la ludopatía. La fácil accesibilidad a todo tipo de juegos y apuestas (bingo, máquinas tragaperras, apuestas en línea, etc.) afecta a las personas más vulnerables psicológicamente, como adolescentes, aquellas que atraviesan situaciones de estrés emocional, depresión o dificultades económicas, en los que el juego se convierte en una conducta compulsiva que mitiga el malestar emocional con el consiguiente riesgo de convertirse en adictiva.
Actualmente, se considera que la tasa de prevalencia de juego patológico en España oscila entre el 2% y 3% de la población adulta (Becoña, 1999).
La Ludopatía se identifica por graves
problemas en limitar la cantidad de dinero o tiempo utilizado en el juego, lo
que ocasiona consecuencias desfavorables para el jugador, para otros o para la
comunidad.
Ya sea, en las carreras de caballos, en los juegos de azar o en un
CASINO, existen personas que no pueden recrearse sanamente. La ludopatía es una
perturbación del control de los impulsos.
Es una forma de adicción sin droga.“las adicciones no se limitan sólo a las conductas problemáticas
generadas por algunas sustancias, lo cierto es que de conductas normales, se
pueden hacer usos anormales en función de la intensidad, la frecuencia o de la
cantidad de dinero INVERTIDO y en último termino, en función del grado de
interferencia negativa, en las distintas áreas de la vida de la persona, como son, su trabajo y la
familia”.
Los pacientes que muestran esta condición experimentan una progresiva
inhabilidad para resistir los impulsos de jugar, de tal manera que el juego
llega a perturbar significativamente su actividad a nivel personal, familiar,
financiero, ocupacional y social.
Lo importante es que la persona o su entorno, analice la conducta que
padece y vea si es algo que se prolonga en el tiempo (al menos un año) y si
además ha dejado de cumplir con sus obligaciones, ya sea laborales o
educacionales.
También es positivo analizar si
presenta problemas legales y/o económicos, por esta causa, y a pesar de todo, las personas con
esta enfermedad persisten en seguir jugando y si su vida diaria, gira en torno
a facilitar esta conducta, se esta en presencia de una ludopatía”. La problemática también presenta síntomas físicos como una excesiva
sudoración en las manos, aumento de la frecuencia cardíaca y náuseas.
La psicopatología asociada más frecuentemente al juego patológico es la depresión, ansiedad y el abuso de alcohol (DSM-IV-TR). De hecho, la tasa de prevalencia del consumo abusivo de alcohol entre los ludópatas oscila alrededor del 15%-20% (Báez y Echeburúa 1994).
Los hombres manifiestan una preferencia por las máquinas recreativas y tienen frecuentemente un historial de abuso de alcohol o de conductas antisociales y muestran rasgos de impulsividad o de búsqueda de sensaciones (Corral, Echeburúa e Irureta, 2005).
Las mujeres prefieren el bingo, las loterías, apuestas en casinos y jugar en locales de juego, bingo
y casinos (Hing y Breen, 2001). Por otro lado, Ladd y Petry (2002) encuentran en su estudio que las mujeres empiezan a jugar y solicitan tratamiento más tarde que los hombres.
De todos modos; los estudios realizados en función del sexo son claramente más numerosos en las adicciones a sustancias que en el juego patológico (Martins, Lobo, Tavares y Gentil, 2002).
www.socidrogalcohol.org. ADICCIONES, 2006 • Vol.18 Núm. 4 • Págs. 371-376 371
Patxi Santos Diez. U.A. Valencia. C/ Flora, 7. 46010. Valencia. Correo Electrónico: patxisan@correo.cop.es
No hay comentarios.:
Publicar un comentario